Colonialismo europeo


EL COLONIALISMO EUROPEO




Durante el siglo XIX los países europeos buscan la expansión debido a la explosión demográfica que se había dado en Europa y por otro lado porque había una buena economía. Los colonizadores, además de dinero llevan sus ideas, su religión, su política, su forma de vida y esto es el resultado de la revolución industrial en Europa. Los países colonizadores pretenden controlar y explotar la mayor parte del mundo.
El Imperialismo es el concepto teórico y el Colonialismo es la puesta en práctica. Por Imperialismo se entiende el proceso por el cual una serie de pueblos conquistan, someten y dominan permanentemente a otros pueblos u otras naciones, imperialismo también se entiende como una doctrina política que justifica la dominación de un pueblo o estado sobre otros.
Este predominio europeo dura unos setenta a ochenta años. El móvil del imperialismo fue la necesidad de exportar capitales excedentes de producción. La presencia de Europa en los demás continentes es uno de los fenómenos claves de la historia contemporánea.

1. Causas para el colonialismo

1.1 Políticas

  1. El nacionalismo: Se entiende por nacionalismo a la doctrina filosófica que atribuye entidad propia, es un sentido de pertenencia a la nación propia. Esta forma de pensar hizo que el prestigio de una nación se basara en el tamaño de su territorio, de ahí en afán de expandirse.
  2. El deseo de las naciones de hacerse ver como una potencia internacional desarrollando el imperialismo.
  3. Razones estratégicas: Conquistar determinados puntos estratégicos para tener bases navales que, en caso de guerra les permita un mejor movimiento logístico.

1.2 Económicas

  1. Materia Prima: Las potencias industriales necesitan la materia prima que sea abundante y barata y al mismo tiempo requerían de mercados para su comercio, de esta manera se necesita el control de puntos estratégicos que les facilite el comercio.
  2. Inversión: En Europa sobraba capital para invertir, pero como no había garantía de retorno los inversores se fueron a las colonias.
  3. Mano de obra barata: Era más rentable la mano de obra de las colonias que la europea.

1.3 Ideológicas

  1. Ideológicamente Europa tenía una misión evangelizadora y civilizadora sobre las culturas consideradas primitivas y bárbaras.
  2. El desarrollo de ideas racistas, racismo que se disfrazó de un paternalismo que sostenía la necesidad del hombre blanco de “rescatar del atraso”, con ese fin se promovieron las actividades misioneras.

1.4 Justificación para el colonialismo

Los países que fueron partidarios del colonialismo justificaban sus acciones en una ideología basada en el racismo. Entre las bases del colonialismo era pretender tener la misión civilizadora, pensando que los únicos civilizados eran los países europeos y el resto eran considerados como salvajes.

1.5 Fases del colonialismo Europeo

Primera fase

Se extiende desde mediados del siglo XV hasta fines del siglo XVIII y se trata de un colonialismo moderno mercantilista, en esta época las posesiones se centran principalmente en América, y a lo largo de la misma se produjeron varios repartos: ya antes de 1660 se registraron varios de ellos, dado que las potencias que habían llegado tarde a la conquista colonial, como Holanda, Francia e Inglaterra, habían sido excluidas de la expansión ultramarina por medio de varias bulas promulgadas por la Santa Sede, que había reservado todas las zonas no cristianas del mundo a España y Portugal.

Segunda fase

Comprende desde comienzos del siglo XIX hasta 1880, y se caracteriza por la mayor proyección en el mundo colonial de la Revolución Industrial y la evolución del mercantilismo al capitalismo: se trata de un colonialismo industrial.
En esta fase las posesiones europeas se concentran en Asia y en África y los imperios coloniales europeos se engrandecieron más rápidamente en los cien años posteriores a 1815 que en cualquier período histórico precedente. Esta fase se caracteriza, también, por la intensificación de la expansión como resultado de la acción de dos fuerzas: el impacto de la Europa industrial fuera de su continente y la potencia de los grupos locales europeos activos en la periferia.

Tercera fase

Se extiende desde 1880 hasta la Segunda Guerra Mundial. Es la fase plena del domino político y la explotación económica del gran capitalismo e imperialismo y, también, un período de delimitación de las esferas de influencia y de redistribución colonial.
Esta política de expansión imperialista está representada por Jules Ferry, en Francia; por el rey Leopoldo II, en Bélgica; por Francesco Crispí, en Italia; por Benjamín Disraeli  y Joseph Chamberlain (1836-1914), en Gran Bretaña; y por Theodore Roosevelt, en Estados Unidos.

2. Colonialismo en África

A partir del siglo XIX la mayor parte del continente africano pasó a incorporarse al flujo de la historia global en sólo tres generaciones, la ocupación europea fue extraordinariamente rápida. En 1879, el 90% del territorio todavía estaba gobernado por africanos. La proporción se había invertido en 1900. Y en 1914 las consecuencias de la ocupación alcanzaban ya a la mayoría de los africanos. Dos circunstancias técnicas hicieron posible la invasión relámpago. Primero, la utilización de la quinina como profilaxis contra el paludismo, enfermedad transmitida por mosquitos que hasta entonces mataba a la mitad de los europeos que residían en África. En segundo lugar, las nuevas armas de fuego, como el fusil de repetición y la artillería de campaña, que conferían a los europeos la posibilidad de intimidar y enfrentarse con éxito a ejércitos más numerosos. El repentino interés por el continente vino determinado por la unificación alemana e italiana. Tras la guerra franco-prusiana de 1870, en la que Francia resultó derrotada, el escenario de la rivalidad europea se trasladó a África, donde Alemania dio batalla diplomática para controlar a sus rivales y tenerlos ocupados lejos de sus fronteras.

2. 1 El reparto de África

En la Conferencia de Berlín  convocada por Otto Bon Bismarck en 1884, se trató de resolver los problemas que provocó la expansión colonial en áfrica y repartir los territorios entre los países colonizadores. En ella participaron 14 estados: en imperio alemán, imperio Otomano, el imperio Austro-Hungaro, Suecia, Estados Unidos, España, Francia, Inglaterra, Dinamarca, Italia, Países Bajos, Rusia, Bélgica y Portugal.
El trazado de las zonas de influencia se realizó sobre un mapa recién dibujado con los datos aportados por los exploradores. Las bases del reparto se sentaron en la conferencia de Berlín, celebrada entre 1884 y 1885 con el pretexto de acabar con el comercio de esclavos. Así se abrió una etapa que no se cerró hasta bien entrado el siglo XX. La reclamación de territorios tenía que refrendarse con pruebas de una ocupación real y por todas partes salieron pequeñas expediciones en busca de convenios con las autoridades locales, recurriendo al enfrentamiento sólo en casos extremos.
Una vez discutidos y resueltos los problemas planteados al comienzo de la conferencia, tras las sesiones y reuniones celebradas durante esos meses, los delegados elaboraron un Acta General, que fue firmada el 26 de febrero de 1885, que contenía declaraciones, acuerdos y principios, asía como las normas respecto de las más importantes cuestiones tratadas por las potencias colonialistas reunidas en la capital alemana, y que contenía siete apartados:
  1. Declaración relativa a la libertad de comercio en la cuenca del Congo, sus desembocaduras y países circunvecinos, con disposiciones relativas a la protección de los indígenas, de los misioneros y de los viajeros, y a la libertad religiosa.
  2. Declaración referente a la trata de esclavos y las operaciones que por tierra o por mar proporcionan esclavos para la trata.
  3. Declaración relativa a la neutralidad de los territorios comprendidos en la cuenca convencional del Congo.
  4. Acta de navegación del Congo.
  5. Acta de navegación del Níger.
  6. Declaración relativa a las condiciones esenciales requeridas para que sean consideradas efectivas las nuevas ocupaciones e n las costas del continente africano, y que establecen en las relaciones internacionales reglas uniformes respecto de tales ocupaciones que, en adelante, puedan verificarse en África.
  7. Disposiciones generales.

La Conferencia de Berlín, no regularizó la disputa por África, simplemente, señaló el hecho de su participación. Al establecer de esta manera en las relaciones internacionales las normas y condiciones para las nuevas y sucesivas ocupaciones en África, fijó las bases de lo que iba a ser el reparto colonial del continente entre los imperialismos, ya actuantes y desde entonces incrementados, completándose así el reparto, de forma inmediata, en apresuradas ocupaciones efectivas, que ocasionaron nuevas resistencias y rivalidades, así como enfrentamientos resueltos por tratados y acuerdos entre las potencias coloniales, dentro del marco internacionalmente fijado, y que cubrirá el período siguiente, hasta dejarlo totalmente terminado, y a toda África bajo la acción del triunfante imperialismo europeo, desde comienzos del siglo XX

2.2 Consecuencias del colonialismo en África

  1. Económicas: se crea una amplia infraestructura de Puertos, Carreteras, Ferrocarriles. Un gran fomento del cultivo. Los europeos convierten algunos países en monocultivos, como el Cacao en Nigeria, el Café en Tanganika, el Algodón en la India. Esto tiene consecuencias muy graves cuando se van los europeos. Sin embargo, se asienta el sistema monetario.
  2. Demográficas: En general, se da una alta natalidad. La mortalidad desciende. Los europeos llevan medicinas, pero también enfermedades que eran desconocidas. Se crean muchas ciudades grandes al estilo europeo, muy diversas. Algunas sólo para occidentales, otras con barrios separados.
  3. Intelectuales: Los misioneros se encargaban de la educación, de los hospitales. Hasta la I Guerra Mundial, la enseñanza estaba en manos de misioneros. Luego se imponen las enseñanzas oficiales de los países colonizadores. Muchos países pierden su lengua, su cultura, sus raíces.
  4. Aspectos negativos: las viejas civilizaciones son destruidas. No se fomentó la industrialización. En algunas zonas hubo segregación racial.
  5. Aspectos positivos: se expande la medicina y se desarrolla la venta de materias primas

3. Colonialismo en Asia

Al estudiar la  colonización de Asia, debemos recordar que en el siglo XVII se expulsó a los misioneros y se persiguió a los cristianos en este continente. Desde entonces, se prohibió la entrada a los occidentales a los territorios asiáticos. Poco a poco, Inglaterra y Francia se fueron abriendo camino en el siglo XIX. Esto dio lugar a cambios. Los asiáticos se vieron obligados a abrir sus puertas, produciéndose el asentamiento de los occidentales.
La colonización de la India, ocurrió a mediados del siglo XVII. Los ingleses, que aún tenían las colonias americanas, empezaron a tener en cuenta el continente asiático. Poco a poco, fueron expulsando  a los franceses del golfo de Bengala. La conquista la llevó a cabo la Compañía de las Indias Orientales o Compañía Oriental de la India.
Entre mediados del XVIII y mediados del XIX, todo el territorio estaba en manos de la Compañía. En 1857 se produjo la rebelión en Delhi o "Rebelión de los cipayos" (soldados de la Compañía de origen indio), por motivos religiosos; al final, tuvo que intervenir el ejército británico en 1861, terminando por conseguir el control de la situación.
El gobierno inglés decidió dirigir el territorio directamente y estableció dos instituciones: a) Virrey en Calcuta, b) Secretaría en Londres. Finalmente, en 1877 Disraeli (Primer Ministro inglés) decidió convertirlo en Imperio y así la reina Victoria se convirtió en emperatriz de la India.
Mas al oriente Los ingleses incorporaron Birmania a la India, por razones estratégicas para evitar la expansión de Francia.
En la colonización de China el protagonismo la llevó Inglaterra. Este país europeo intentó entrar en los puertos chinos con sus barcos cargados de opio, pero los chinos negaron el acceso, siendo el motivo que aprovecharon los ingleses para emprender la «Guerra del opio» (1839).
Finalmente los ingleses, apoyados por los demás estados europeos, lograron establecerse en algunos territorios por medio de la firma de los  Tratados de Nanking en donde los chinos se comprometieron a abrir unos cuantos puertos (Shangai, Ning-Po y Fu-Chou), además, cedieron algunos territorios como Hong-Kong, Macao.
A esta ocupación, acudieron otros países orientales, como Japón que se apoderó de Corea (1894) y obligó a Rusia a ceder Port Arthur.
En la colonización del centro de Asia jugó un papel importante el Imperio Ruso. Su expansión se produjo hacia el sureste de los Urales, en el Turquestán, estableciéndose en la ciudad de Samar kanda. Los rusos se acercaron mucho a los ingleses, lo que produjo que entre ambas fuerzas quedara Afganistán, decidiendo ambos convertirlo en un estado tapón. Luego, el Imperio Ruso se expandió hacia el este, hasta el río Amur, territorio chino, forzando a los chinos a cederles la Provincia Marítima (entre el Amur y Corea), fundando Vladivostok, que posteriormente será Port Arthur.
En el extremo Oriente, desde 1850 Francia está en Indochina. Durante los tiempos de Napoleón III, los franceses hicieron una expedición junto con los españoles, la «Expedición a la Cochinchina», empezando la verdadera colonización en los años 1880.
La zona de Vietnam estaba dividida en Tonkin y Annam. Al principio, Francia estableció un protectorado y en 1888 llevó a cabo la ocupación definitiva, obligando a los habitantes a firmar el tratado de Hue por el cual ocuparon todo Vietnam, Camboya y Laos.
Ya dueños del lugar, los franceses, constituyeron la Unión Indochina desde 1896, quedando como único estado libre de presencia europea, Siam (actual Tailandia).

4. Colonialismo en Oceanía

En el siglo XVIII fueron los británicos y los franceses los que exploraron la región. Entre 1764 y 1770, los británicos recorrieron Tahití, Samoa, Salomón y Nuevas Hébridas. James Cook, entre 1768 y 1779, llegó a las islas de la Sociedad, Nueva Zelanda, las Marquesas, Nuevas Hébridas y Hawái. Los franceses exploraron las islas paralelamente a los británicos. Todos estos viajes determinaron el reparto de Oceanía entre Gran Bretaña, Francia y otros países.
En 1831, Jules Dumont d'Urville dividió las islas de Oceanía en Melanesia, Micronesia y Polinesia, las cuales conjuntamente con Australia conforman la división tradicional.
El colonialismo en Oceanía tuvo las siguientes características:

  1. Ausencia de intereses estratégicos de primer orden. No hay ningún punto clave que sea necesario mantener y sólo había una cierta necesidad de conseguir bases de aprovisionamiento para los vapores o para la instalación de los cables de telégrafos submarinos, para lo cual se podía escoger entre numerosas islas.
  2. Australia y Nueva Zelanda tienen importancia determinante para la expansión de los imperios coloniales. Estos gobiernos actúan en ocasiones por cuenta propia y crean conflictos a los que se ve abocada la metrópoli sin haberlo pretendido.
  3. Los intereses económicos existentes son pequeños, la población es escasa y el terreno es muy pobre.
  4. La negociación diplomática entre las potencias tendrá un papel importante en la proclamación de protectorado o la anexión final de los territorios y, en consecuencia, en los territorios que finalmente serán de cada imperio.




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