La Paz armada


LA PAZ ARMADA




Es el periodo de la historia política que se extiende desde la finalización de la guerra franco prusiana (1871) hasta el inicio de la primera guerra mundial (1914), se vivió un periodo de paz, pero una paz inestable que fue constantemente amenazada por conflictos nacionales e internacionales. Durante la primera década del siglo XX se dio el máximo apogeo de los imperios inglés y francés. La competencia por las colonias propició un gasto militar sin precedentes que desencadenaría en la gran tragedia de la primera guerra mundial.
Fue un momento de intensa carrera armamentista y alianzas militares entre varias naciones que se agruparon en dos grupos denominados “Triple alianza” y la “triple entente”.

1. Causas

Después de la guerra franco-prusiana, ningún grave conflicto turbaba la paz en la Europa central y occidental. Sin embargo, se aglutinaban una serie de factores para que las potencias europeas iniciaran una vertiginosa carrera armamentista:

  1. La aparición de dos nuevos estados grandes: Alemania (Unificación de Alemania e Italia (Unificación Italiana).
  2. Conflictos entre los estados europeos durante la expansión colonial.
  3. El desarrollo del nacionalismo: por un lado en Francia adquirió caracteres revanchistas tras la derrota reivindicacionista de Alsacia y Lorena; en Alemania y Rusia fue expansionista ligados al pangermanismo y paneslavismo.
  4. La guerra económica en un ambiente liberal, principalmente por Alemania e Inglaterra.
  5. Un proselitismo pan-serbio en los Balcanes y el conflicto entre Austria-Hungría y Rusia por la hegemonía de los Balcanes que siempre había sido un importante punto de conflicto por su diversidad, una mezcla de pueblos, lenguas, religiones, etc. El imperio Austro-húngaro y el Imperio Ruso trataron de aumentar su influencia en los Balcanes, aprovechándose de la debilidad del Imperio Turco.
Las cuestiones coloniales fueron fuente continua de problemas. Las antiguas potencias (Gran Bretaña y Francia) habían ignorado a los nuevos estados (Alemania e Italia), dejándoles sin materias primas y mercados por lo que estos pedían un imperio colonial propio.
Después de la Revolución Industrial, cuando se inició la construcción de bienes duraderos, las grandes potencias de la época decidieron ampliar sus mercados de consumo a las colonias para evitar pérdidas pues en sus territorios nacionales el comercio de los productos no era suficientemente grande. Se daba inicio así al proceso conocido como Neocolonialismo. Países como Alemania e Italia no formaron parte del neo-colonialismo, porque en el momento en que se hizo a la participación, los países africanos no estaban unificados (lo que sería un factor en la Primera Guerra Mundial). Fueron apenas Gran Bretaña, Francia y Portugal quienes se beneficiaron de la partición de África ganando los territorios más ricos y con mayor mercado interno. Después de las unificaciones de Alemania e Italia y la expansión industrial, militar y económica, en particular de Alemania, se desataron los mayores conflictos coloniales en busca de países que pudiesen consumir los productos industriales de las potencias de la época.

2. Un sistema de alianzas múltiples


El mundo entre los años 1914 y 1918, se dividía en tres grandes grupos de naciones:

  1. Las potencias coloniales: Reino Unido, Francia, Bélgica, Holanda, Alemania, Italia, Portugal, España, Estados Unidos, Rusia, Dinamarca, Turquía y Japón.
  2. Áreas independientes: no coloniales: América latina, China, Europa oriental.
  3. Colonias: África, sur y sureste de Asia, Oceanía, Canadá, Guayanas.
El desigual reparto de los territorios coloniales (más del 60% de la superficie mundial), que favoreció principalmente al Reino Unido y a Francia, condujo a una bipolarización del mundo en dos bloques:

  1. Triple Alianza: formada por Alemania, Austria-Hungría e Italia, es decir, los países menos favorecidos en el reparto colonial. El Imperio otomano y Bulgaria se unirían a la Triple Alianza al estallar la Primera Guerra Mundial.
  2. Triple Entente: formada por Inglaterra, Francia y Rusia, los Estados con imperios coloniales más extensos. Durante la Gran Guerra contarían con el apoyo de Estados Unidos, Portugal, Bélgica, Grecia, Serbia y Montenegro, Japón e Italia, país que abandonaría la Triple Alianza antes del comienzo del conflicto.

3. Los enfrentamientos armados entre las potencias

Las reclamaciones coloniales se plasmaron en las dos crisis de Marruecos (1905 y 1911). Alemania intentó que Francia no creara un protectorado en Marruecos, pero el apoyo de Gran Bretaña dio la victoria a las pretensiones francesas.
La segunda fuente de enfrentamientos fue la Cuestión de Oriente. El imperio otomano se estaba desmoronando, y Austria y Rusia pretendían aprovechar la situación para aumentar su poder en la zona. Rusia apoyaba a los Estados eslavos (Serbia y Bulgaria) e intentaba impedir que estos cayeran bajo poder austríaco. Por su parte, Austria buscaba expandirse en la costa del mar Adriático. Entre 1908 y 1913 se produjeron tres graves crisis en la zona.
La crisis del verano de 1914: El 28 de junio de 1914, el heredero al trono del imperio austro-húngaro, el archiduque Francisco Fernando, realizó una visita oficial a Sarajevo para demostrar la soberanía austríaca en Bosnia (situada en los Balcanes), y murió en un atentado realizado por un terrorista serbio. Esta situación fue aprovechada por Austria, que contaba con el respaldo alemán. El 23 de julio Austria planteó un ultimátum a Serbia, amenazándola con la guerra si no permitía investigar el asesinato. Pero Serbia, que estaba apoyada por Rusia, rechazó el ultimátum el 25 de julio. El 28 de julio Austria declaró la guerra a Serbia.

4. Consecuencias

Todas estas hostilidades entre ambos conflictos coloniales y nacionalistas reforzaron el conflicto hegemónico en Europa. Inglaterra fue la primera potencia mundial durante la Primera Revolución Industrial, y Alemania lo fue durante la Segunda Revolución Industrial. Por otra parte, ambos países tenían una flota naval en constante fricción que llevó a los conflictos una y otra vez. Esta situación de hostilidad entre los estados llevaría a la creación un complejo sistema de alianzas: La Triple Entente, formada en principio por Francia, Inglaterra y Rusia, y la Triple Alianza formada por Alemania, Austria-Hungría e Italia.


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